jueves, 6 de agosto de 2009

EL PESO DE LA ENSOÑACIÓN

Sobre la brisa calmada,
sobre el cielo estrellado,
colmado de luceros hermosos,
que coronan la noche.

Cuanto cuesta olvidarte,
aunque el tiempo se haga dueño,
de las noches y las tardes,
y deslice un tupido velo.

Cuánto cuesta olvidarte,
cuantas noches pensando,
en sueños que hubieran sido,
y que volaron por siempre.

Cuánto cuesta olvidarte,
desde el sur al norte,
desde los puntos cardinales,
de mi corazón anhelante,
del fruto de una añoranza,
que en idioma extranjero,
y alma manchega,
conquistó mi corazón...

(Recuerdos de ayer)
(6 de agosto de 2009)

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