lunes, 24 de enero de 2011

REFRANES 1

                Más vale parecer un idiota con la boca cerrada, que abrir la boca y disipar toda duda.

                En el país de los ciegos, el tuerto es el rey.

                Y es que no cabe un tonto más en este pueblo…

                Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda…

                Más vale pájaro en mano que ciento volando.

                Zapato roto o sano, más vale  en el pie que en la mano.

                Corazón codicioso, no tiene reposo.

                La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla.

                La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.

                Quien todo lo quiere, todo lo pierde.

                El oro hace soberbios, y la soberbia, necios.

                Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería.

                A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia.

                A asno lerdo, arriero loco.

                Bien sabe el asno en qué casa rebuzna.

                Cada día que amanece, el número de tontos crece.

               Cada persona es dueña de su silencio y esclavo de sus palabras.

viernes, 7 de enero de 2011

MICRORRELATO 13

Un día como cualquier otro, Juanjo caminaba por las calles de su pueblo adoptivo, lejos, bastante lejos de su tierra natal. Allí todo era algo distinto. El carácter algo más frío, propio de aquellas tierras del centro del país, un paisaje más sombrío, propio de la Meseta central y ese habla. Sobre todo el habla. Regada de "eses" por doquier, y con todos los fonemas pronunciados en cada una de las palabras que expresaban.

Qué distinto al andaluz que Juanjo había mamado desde pequeñito, dialecto preciosista donde los haya, donde la línea melódica se convierte en un deleite para los oídos. Siempre lo comparaba con un canto divertido al castellano puro, y siempre había defendido la teoría de que, probablemente, ese andaluz, por la tendencia que tienen los idiomas a economizar, pudiese ser, en un futuro, la nueva vestimenta de ese castellano que, a su vez, también era una versión economizada y vulgar (entiéndase vulgar como perteneciente al "vulgo", al pueblo llano), del latín.

Aquel día iba a comprar unas patatas, alguna que otra manzana y unas fresas para bañarlas con nata en el fin de semana. Entró en la frutería del pueblo. Saludó como siempre a la señora Antonia, propietaria del establecimiento, y quedó esperando turno. Delante de él había dos personas. Un señor jubilado que iba a comprar su ración semanal de naranjas de zumo, y un chico, de unos 30 años, rapadete, que estaba justo tras este señor.

Una vez hubo concluido el señor mayor, el siguiente comprador se dispuso a pedir lo que necesitaba. Y dijo lo siguiente:

- Deme "uhtéh" "unah" "pocah" de "ezah" "cerezah" que "ehtán" ahí, que "ze" ven "mu" "bonicah", y también me va a "dah" "unoh" "plátanoh" que no "ehtén" "mu" "maduricoh" "pa" que "m'aguanten" un poco "máh", por "favoh".

Juanjo, que estaba pensado en sus cosas, levantó la cabeza inmediatamente. No podía creerse lo que había escuchado. Eso era motrileño. Pero motrileño del rajao rajao rajao. Del castizo, del bueno. Abosulutamente sumergido en su incredulidad, se fijó un poco más en aquel chico. La cosa es que mirándole un poco más detenidamente, le daba la impresión de que le sonaba su cara. Así que embargado por la emoción, no le quedó otra que acercarse a él, tocarle el hombro y preguntarle:

- Oye, perdona, te he "ehcuchao" "hablah". ¿De dónde "ereh" tú?

- ¿Yo? Yo "zoy" de "graná", de un pueblo que "ze" llama "Motrih".

Juanjo no se lo podía creer. Alguien de su misma tierra en el mismo pueblo que él, tan lejos como él de sus raíces. Evidentemente, se atropelló a contestar:

- "Joé" "killo", que yo "zoy" también de "Motrih".

De pronto, un par de sonrisas se dibujaron en los rostros de ambos dos. Mira que tiene narices, que tan lejos, puedas encontrarte a alguien tan cercano. En ese mismo instante decidieron tomar un café al salir de la frutería. Cada uno habló de sus procedencias y de sus motivos que les movieron a estar allí. El café se convirtió en un posterior digestivo. Al digestivo le vino el día siguiente una comida a la cual también se incorporó la novia de Rafael, otra enamorada de nuestro pedacito al sur de la Península. Y tras esa comida vino una salida nocturna para cenar por la capital.

Desde aquel instante, una amistad quedó sellada para siempre. Desde aquel instante parece que un hada bueno decidió regalarles a ambos la posibilidad de tener un trocito de su tierra natal en aquellos mundos donde la vida les había puesto. Desde aquel momento, cada vez que necesitaban sentir cerca sus raíces, simplemente tenían que escucharse el uno al otro.

La buena gente te la encuentras donde menos te lo esperas. Donde nunca imaginas. Pero si tienes la inmensa fortuna de que conviven a tu lado, entonces acepta el regalo, da gracias, y disfrútalo siempre. 

(Felicidades, Rubén)

miércoles, 5 de enero de 2011

MICRORRELATO 12

Al amanecer, sus ojos brillaron más que el resplandeciente sol de la mañana. Es cierto que llevaba dando vueltas en la cama ya algún rato. Los nervios le consumían por dentro. Si hay una mañana en que la sonrisa de un niño es más expresiva, es en ese día.

Retiró las sábanas y se incorporó. Aún era temprano. Papá y Mamá dormían. Se calzó las zapatillas de Bob Esponja y abrió con mucha cautela la puerta de su dormitorio. Como si se tratase de un astuto zorro, se deslizó con extremo sigilo por el pasillo de la vivienda. Y con igual sigilo giró el pomo para acceder donde su hermana dormía.

- Rocío, Rocío, despierta, que ya han venido.

Rocío ya estaba despierta, por supuesto. Entre los dos hermanos existía una sana competencia para ver quién de los dos era más feliz.

Los dos recorrieron el resto del pasillo hasta llegar al salón, lugar donde se había producido la magia.

- Mira, Andrés, se han comido los mantecados.

- Es verdad, y también han bebido un poco de anís. Igual venían con un poco de frío. Y con tanto trabajo, tienen que comer un poquito.

Tras hacer la comprobación de rigor en cuanto a que se habían avituallado, se giraron con muchísimo cuidado, como si quisiesen que ese movimiento fuese hecho con tranquilidad, para alargar ese momento especial y único en el año.

Entonces visualizaron el árbol y los zapatos de cada uno de los miembros de la familia. Y todo estaba repleto de cajas envueltas con preciosos papeles, y múltiples lazos de colores. Las caritas de los niños pasaron de la pequeña intriga a la más absoluta felicidad. Nunca, en todo el año, son capaces de expresar lo que sienten ese mágico 6 de enero. Es uno de los regalos más impagables que existen. Sus sonrisas sinceras y tan llenas de inocencia, pureza y magia.

Un año más, la ilusión se hizo realidad. Los Reyes Magos de Oriente pasaron por casa de Andrés y Rocío.

Dedicado a todos los niños y niñas cuya sonrisa en este día tan especial nunca debería ser arrebatada. Y también a todos aquellos y aquellas que queremos seguir sintiéndonos niños y niñas a lo largo de nuestra vida.

Feliz Noche de Reyes

MICRORRELATO 11

- Una pregunta Papá. ¿Qué preferirías, tener un hijo gay o drogadicto?

- A ver hijo. Gracias a Dios no tengo nada de eso. Pero de tener esa desgracia, preferiría que fuese drogadicto. Al menos lo podría meter en un programa de desintoxicación y podría curarlo. Las mariconadas y los maricones no se pueden curar nunca, hijo. Pero, ¿por qué lo preguntas, machote?

- Por nada, Papá, por nada...

Esa fue la última conversación que mantuvo Rubén con su padre antes de ser hallado sin vida en un acantilado de la playa, después de que su coche se precipitase al vacío y cayese al mar.

lunes, 3 de enero de 2011

MICRORRELATO 10

Un buen día apareció por casa. Rocky. Esa mirada llena de dulzura me atrapó de repente, y para siempre. Su piel aterciopelada se fundía entre mis brazos para darle calor, puesto que aún era un cachorro. 

Tímidamente asomaba su lengua para colmarme de beneplácitos, y cariños, que quedaron grabados en mis poros como el gesto de alguien que ya empecé a considerar uno más de la familia.

Aún lo recuerdo correteando por las habitaciones de casa, con su ladrido lleno de vida, y con su mirada, esa mirada que penetraba mi corazón y me dejaba feliz por dentro.

Aún siento el sonido de sus patitas acercarse hacia mí, para darme los buenos días, o cómo daba saltos de alegría cuando él y yo salíamos a pasear por la calle.

Si la amistad, la fidelidad, y el ejemplo fiel de un buen compañero pudiese nombrarse,yo le pondría Rocky.

Pero un día, dejé de oir el sonido de sus patitas, dejé de oir el ladrido amable que me llenaba el corazón, dejé de sentir el calor de su suave piel junto a mi mejilla, dejé de recibir el cariño más sincero y más puro.

Rocky se fue un mal día en el que un conductor despistado quiso dejarme tan sólo como nunca hubiese podido imaginar en mi vida...

Pero esto no acaba así, porque él sigue y seguirá viviendo por siempre y para siempre en el único lugar donde no hay tráfico, y donde el podrá corretear líbremente y sin ningún peligro: EN MI CORAZÓN.

(Microrrelato dedicado a Luis y a su gran amigo Rocky).

MICRORRELATO 9 MICROPOEMA I

CONOCIENDO EL NORTE



Cuando quieres darte cuenta,
lo que pudo ser
 solo es lo que es,
la absurda y aplastante realidad,
que se empeña en llamarse amistad,
cuando se quisiera apellidar amor.

Cuando te quieres dar cuenta,
ha partido la esperanza,
ya no existe la impaciencia,
de encontrarte enamorado.

Cuando cuenta te quieres dar,
lo efímero se vuelve raro,
y lo raro se traviste en un cumplido,
que te retuerce el pescuezo...