miércoles, 29 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 8

- Y Mamá, ¿cómo fue el día de mi nacimiento?

- Pues hijo mío, fue un día de números rojos en nuestra cuenta corriente.

- ¿Y eso? ¿Por qué dices eso?

- Porque naciste un 1 de enero de 2011, con un débito de 2.500 euros.

- Lo siento Mamá...

sábado, 25 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 7

Serían más o menos las 12 de la mañana. Andrea paseaba por las calles de aquel pueblo que le vio nacer. Tras un periodo de trabajo, habían llegado las merecidas vacaciones que se disponía a disfrutar en compañía de aquellos que tuvo que dejar un día, por cuestiones de trabajo, y que solo podía ver de vez en cuando. Pero era muy emocionante volver a reencontrarse con aquellos con los que tanto había compartido.
Aquella mañana, las calles no andaban bulliciosas, se observaba poca gente en los comercios, y los viandantes caminaban algo cabizbajos, pensativos, con preocupaciones que se intuían a simple vista.
Pasó a uno de esos inmensos hipermercados donde encuentras de todo para hacer algunas compras. Los pasillos estaban muy fluidos de gente. Las cajeras reposaban la barbilla sobre su mano, que a su vez apoyaban desde el codo en la cinta deslizadora. Al acercarse con el carrito, dos de ellas se levantaron de su butaca para invitar a Andrea a que pasase para cobrarle. 
Una vez hubo salido, se dispuso a recorrer el camino que llevaba a casa de sus padres. La avenidad principal estaba repleta de un tráfico ensordecedor pero, como cualquier otro día. En las aceras, una relativa calma.
A medio camino se cruzó con Raquel, una antigua amiga de aventuras y desventuras. Ambas decidieron tomar algo. Entraron a un bar. El aforo del mismo no llegaba a 8 personas. De los cuatro camareros, dos de ellos hablaban entre sí con aspecto de preocupación. Las conversaciones eran las de un día cualquiera, y en un tono bajo, casi susurrante.
Despues de haberse refrescado y degustar unas ricas tapas de la comarca, se despidieron y Andrea prosiguió su caminar. La tónica general era la misma. 
Justo a escasos metros de su meta, se paró con Julián y María, un matrimonio a los cuales conocía desde los tiempos de colegio. Conversó con ellos. Estaban ciertamente preocupados, porque decían que no sabían cómo iban a pagar la letra de la hipoteca del piso que les vencía a la semana siguiente. Andrea intentó darles ánimo, y contagiarles de alegría, pero la tarea era bastante complicada. Se despidieron con un cierto aire de desasosiego.

Llegó al portal, subió en el ascensor, atravesó el umbral de la vivienda y se sentó en la butaca de Mamá. Quedó pensativa, reflexiva. Su madre, al verla, se acercó a ella. Le preguntó por qué le notaba tan seria.

- Mamá, hoy es 24 de diciembre, Nochebuena, y me da la impresión de que nos están robando el espíritu de la Navidad. 

- Hija mía. El espíritu de la Navidad sigue ahí. Está vivo. Pero la gente está dándole la espalda. Entre preocupaciones y el olvido de las tradiciones, la Navidad desaparece. Pero solo desaparecerá de las vidas de aquellos que dejen de creer en ella. En esta casa, hija, nunca dejará de ser Navidad.

- Ya lo sé, Mamá. Pero en esta casa no cabe todo el mundo... ¿Qué será de ellos?

(Cuento reivindicativo a favor de la recuperación del espíritu de la Navidad).

viernes, 24 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 6

- Entonces, ¿crees que mañana ocurrirá algo? Es que hay rumores, pero aún no hay nada oficial.
- Pues no se, puede que suceda, pero tienes que ser paciente. ¿A ti te han contado algo?
- Sí, pero nada sin confirmar. Todo está siendo llevado con la máxima discreción. De todos modos, tú acércate mañana a la plaza, y si hay gente, entonces es que ocurrirá... Si quieres, vente conmigo.
- Pues si. Mañana puedo hacer un hueco en lo que estoy haciendo y, si quieres, desayunamos, y después nos asomamos a la plaza, a ver qué va a pasar.
- De acuerdo, pues entonces nos vemos mañana. Buenas noches.
- Buenas noches, amigo.

Entonces Antonio se giró en la cama y entró en un sueño profundo, solo.
El resto de sus personalidades no volvieron a manifestarse en el resto de la noche.

lunes, 20 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 5

Cuando hubo apurado su taza con el último sorbo de café con leche, estuvo preparado para contestar a su interlocutor.
- Pues me iré pronto de la ciudad. Creo que ya he cumplido mi tarea aquí. Necesito un lugar más tranquilo para aislarme y meditar sobre muchas cosas. Necesito ordenar mis ideas. Creo que debo volver a encaminar mi vida.

- ¿Y no echarás de menos todo esto?

- Pues quizá sí. Pero necesito evadirme. Ahora no estoy en disposición de continuar con este ritmo frenético. Voy a dedicar más tiempo a mí y a los míos.

- Pues deseo que te vaya muy bien, que seas muy feliz y que todo te sea favorable. Siempre se está a tiempo de cambiar de rumbo y tomar otro camino, o el camino que siempre deberías haber tomado.

- Muchas gracias, de verdad. Me voy. Ya nos veremos, aunque no voy a estar demasiado visible.

Cuando salió de la cafetería, agachó la cabeza, y de ese modo, cabizbajo, se encaminó a otro lugar. A un lugar donde la vida era otra, era distinta.

Al otro lado de la calle le esperaban. Se fundieron en un gran abrazo, disfrutaron de un largo beso profundo y lleno de cariño.

Tras separar sus labios, decidió que, por fin, ya era libre para retirar y guardar el alzacuellos para siempre en el cajón del pasado...

domingo, 19 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 4

Luis caminaba por las calles de Parla, dirigiéndose a la cafetería que se encontraba un par de manzanas más abajo. Allí había quedado con los amiguetes para tomar un café y pasar la tarde entre chascarrillos y risas. 
A la altura más o menos de la rotonda que hay junto al parque, Luis observó un grupejo de adolescentes, aproximadamente entre los 15 y los 16 años. Estaban arremolinados en torno a un banco, unos sentados y otros de pie. Charlaban entre carcajadas de algo, cosa que a Luis le producía un mínimo interés.
Pero de repente, de pronto, uno de ellos se dirigió a otro de los contertulios con los que hablaba, y le dijo lo siguiente:
- Je, je, je, je. Si tu hermano es un friki. Tu hermano va a la Universidad...

(Microrrelato desgraciadamente basado en hechos reales acaecidos al escritor el domingo 12 de diciembre de 2010).

jueves, 16 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 3

Se sentía tan poderoso, tan lleno de sí mismo, que pensó durante mucho tiempo que el mundo estaba a sus pies. Pero el mundo es demasiado grande, y él demasiado pequeño. Cuando quiso darse cuenta, el mundo le engulló sin remisión, como cuando un elefante aspira con su poderosa trompa a una hormiga. No tuvo tiempo ni de respirar cuando todo se le echó encima. Sus aires de grandeza destruyeron su futuro. Un futuro mal construido a base de engaños y desconsideración a los demás. 

Sin tiempo a reaccionar, fue cayendo en el olvido hasta desaparecer de la memoria de todos aquellos que le rodeaban. 

El presidente de aquel país sumido en la más inmunda miseria cometió el error de traicionar todo aquello que más quería. Los suyos. Tras ser cazado en múltiples indecencias, el pueblo le obligó a marcharse, y se marchó, por la puerta de atrás, sin poder tan siquiera decir adiós, porque negaron la palabra para siempre.

Desapareció para siempre y,  el pueblo, aquel pueblo que en su momento le encumbró, pudo por fin respirar tranquilo...

viernes, 10 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 2

Aún no sabía realmente qué quería hacer con su vida. 
Seguía sumido a sus 25 años en un océano de dudas insensatas que arremetían contra él de modo salvaje. 
La inseguridad había armado un gran muro hormigonado, infranqueable, imposible de atravesar. 
Él mismo, involuntariamente, había decidido poner fin a su vida en vida antes de tiempo. 
Se dejó llevar por la espiral del negativismo más absurdo. 
En esa espiral se sentía protegido. 
Y se sentía protegido porque sabía que nadie se atrevía a entrar, porque era la misma representación del infierno. 
Pero qué mejor sitio que el infierno para aislarse de la vida, y dedicarse a no vivir... 
Era más cómodo no vivir. 
Siempre ha sido la postura cómoda de los cobardes que no se atreven, de aquellos que dan la vida por perdida antes de vivirla, de aquellos que no respiran de alegría por miedo a contaminarse del mundo.

Él, tarde o temprano, había firmado su propio final...

(Dedicado a aquellos que, voluntariamente, deciden dejar de vivir antes de tiempo (desafortunadamente)).

jueves, 9 de diciembre de 2010

MICRORRELATO 1

Al abrir los ojos, su vista se nubló repentinamente. La claridad de aquella nueva estancia era demasiado brillante para mantener la mirada fija en aquel punto destellante.
Tan insoportable se hizo aquella visión, que volvió a cerrar los párpados para regresar a la oscuridad en la que se encontraba tan relajado, sereno y en paz.

En ese momento, Pedro despertó del coma...

AQUELLOS QUE SE ACERCAN A ESTE REDUCTO

Esta entrada está dedicada a aquellas gentes que se acercan a este humilde blog sin saber demasiado de qué va la historia, pero que acaban quedándose.

La libertad nos permite escoger aquello con lo que nos encontramos más cómodos. Y aquellos que escogen recrearse en mis humildes líneas, bienvenidos seáis. Todo esto es, en definitiva para vosotr@s. He llegado para quedarme, y para compartir con vosotros aquello que se me pasa por la cabeza.

Unas veces hablo de cine, otras de noticias, otras son poemas que vuelan a la red conforme me llegan, y en otras ocasiones son pensamientos escondidos en recovecos ocultos en mi ser.

Pero todos ellos salen a la luz en este blog. Y aquellos que visitáis esta página, sois los receptores de esa parte de mi yo un poco especial.

Así que vamos a seguir dando guerra y publicando con más asiduidad para que, cada vez que pinchéis la dirección de este dominio podáis encontrar algo distinto y diferente.

Así que, don Marce, siga usted leyendo tranquilamente en su casa, con su 4 rosas nandando en gélido hielo desde tierras madrileñas o jienenses, da igual, que ha llegado aquí por casualidad, pero creo que ha venido para quedarse. Muchas gracias, compi Marce y a todos aquellos que os acercáis a este reducto casualmente y acabáis quedándoos.