domingo, 9 de mayo de 2010

SE CASAN ÓSCAR Y MARÍA



INTRODUCCIÓN A LA CELEBRACIÓN RELIGIOSA DE LA BODA DE ÓSCAR Y MARÍA.

Buenas tardes.

En esta primaveral tarde de mayo, en la cual parece que el tiempo no andará demasiado loco, como últimamente, nos reunimos en este templo para acompañar a Óscar y a María en uno de los días más importantes de su vida en común. Han decidido sellar su amor de un modo público, y ante Dios.

Todos conocéis a Óscar, a María, o a ambos. Son una de esas parejas peculiares, originales, que destacan por demostrar día a día que se quieren y quieren a los que tienen a su alrededor.

Óscar es sincero, responsable, trabajador, con un gran sentido de la amistad, y que concede un valor fundamental a la familia en su vida. Los que le conocéis, seguro que os habéis reído con él y con sus ocurrencias, con su forma de decir las cosas, y con esos divertidos chascarrillos que sabe decir en el momento justo para provocar una sonrisa en los demás. Posee un gran corazón y siempre está dispuesto para los suyos.

María es una estrellita caída del cielo. Es el lucero que da luz allá por donde va. Es la personificación de un arcoíris del cielo, con sus infinitos colores, que alegra el corazón de cada una de las personas que tienen la fortuna de conocerla. Su mirada es limpia, serena, verdadera, y de infinita sensibilidad. Su cariño hacia todos los que la rodean se hace presente siempre, dibujando en todo momento una sonrisa en cualquier circunstancia, y demostrando a todos que nunca va a cambiar, que es bondadosa, responsable, afectuosa, llena de vida y cercana. Sus amigos y familia se sienten afortunados de tenerla cerca, de compartir trocitos de su vida con ella, de poder contar con su sabiduría y ternura.

Pues hace ya unos cuantos años, la casualidad y el azar hizo que la vida de Óscar y María se cruzasen. Desde aquel momento siempre lo han tenido claro. La flecha de Cupido acertó de pleno y, desde entonces, no se han separado nunca. Poco a poco han ido construyendo su vida juntos, peldaño a peldaño han ido ascendiendo en la aventura del amor, entendiéndose, comprendiéndose, aportando cada uno su granito de arena para forjar una bellísima historia de cariño, comprensión, ternura, respeto y afecto. Siempre han demostrado que se quieren, y siempre han tenido muy claro que son el uno para el otro.

Hoy, todo lo anterior, queda ratificado ante los ojos de sus familias y amigos y en la casa de Dios. Todos los que estamos aquí hemos venido a acompañarles, a darles todo nuestro calor y con la felicidad de ver como dos buenas personas demuestran a todo el mundo que su amor está por encima de todas las cosas, y que la aventura que iniciaron hace ya unos cuantos años, va a dar un pasito más, va a consolidarse, a cimentarse aún más. Desde este momento comienza una nueva parte de sus vidas, en la cual deben seguir aumentando aún más si cabe, todo lo que sienten entre ellos y por ellos. Y nosotros hemos venido para decirles que sí, que adelante, que les damos nuestro apoyo y nuestro respaldo para que sigan caminado por ese sendero que se llama felicidad, para poder vivir y disfrutar de una vida con la inmensa fortuna de quererse, de amarse, y de entenderse. Felicidades a los dos y que vuestro amor viva por siempre.


(Jesús Ortiz, 8 de Mayo de 2010)

2 comentarios:

María dijo...

Cuñadillo,gracias por esas palabras tan bonitas que nos dediscate y que aún tengo en mi mente.Con ellas empezó el día más bonito de nuestras vidas y con ellas conseguiste sacar el lado mas sensible de Oscar,que aunque a veces escondido,tiene.El mio ya lo conoces.Gracias por ser una parte importante de nuestro mágico 8 de mayo.
Un besazo enorme de tu hermano y mio!

Jesús Ortiz dijo...

Fue un auténtico placer, de corazón.
Y celebro muchísimo que haya servido para abrir con cariño el día más bonito de vuestras vidas, y para despertar en mi hermano la sensibilidad más profunda.
Y a ti...
Ya sabes que te quiero un montón, cuñadilla...