martes, 25 de marzo de 2008

ORACIÓN AL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD 2008

Esta oración es algo que realizo todos los años desde hace unos 12, y que leo ante la imagen cuando se encuentra realizando su estación de penitencia. Este año, por primera vez, he realizado la oración en la Casa de Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, y espero que así sea en los años venideros.


"En el transcurrir de nuestras vidas por esos caminos inciertos en algunas ocasiones y sinuosos y sin sentido en otros, hay momentos en los que nos sentimos perdidos y desbalazados ante determinadas circunstancias que asolan nuestra existencia y que no sabemos exactamente por qué ocurren. La pérdida de un ser querido, la destrucción del amor, el daño al prójimo, las desgracias que se agolpan a la entrada de nuestro corazón para dejar su granito de sufrimiento. La vida no es un camino de rosas, sino un azaroso devenir en el tiempo que nos lleva por senderos inexplicables algunas veces, y profundamente agradecidos en otras.

Pero cuando el dolor se acerca, es cuando debemos estar preparados, tanto física como psicológicamente. Hemos de tener en cuenta sobre todo y ante todo, que no estamos solos, que contamos con alguien que vela por nosotros y que está siempre, aunque lleguemos a pensar que no es así. Y ese pilar fundamental para vencer las adversidades eres Tú, Jesús. Cuando parece que todo se tuerce, apareces para aportarnos serenidad y comprensión, para darnos amor y cariño. Estás con nosotros para hacernos comprender que, aunque hoy no entendamos por qué nos ocurren determinados acontecimientos, es porque no estamos viéndolos con la distancia suficiente para poder comprenderlos, para decirnos que mañana, desde la distancia, sí podremos interpretar la razón por la que determinadas circunstancias ocurren. Quizá necesitamos un aprendizaje para nuestra vida, quizá lo negativo debe suceder para recibir experiencias positivas surgidas por los cambios de rumbo en nuestro caminar, quizá porque Dios escribe derecho en renglones torcidos…

Pero Tú siempre estás con nosotros, aportando ese aliento de fortaleza interior para seguir avanzando y para luchar por hacer cada día mejor las cosas, por tener la certeza de que mañana levantaremos aliviados y entendiendo qué nos quiere transmitir tu Padre en cada episodio de nuestra historia personal.

En este momento, se perfectamente que todos están escuchando, al igual que lo hago yo, tu espíritu sereno y calmado que nos llama y que nos saluda en esta noche de Vía Crucis, esa voz, hoy rota por tu sufrimiento, que es ejemplo para nosotros, y que nos enseña a confiar en el Padre, puesto que Él nunca nos abandona, al igual que no te abandonó a Ti.

Hoy te contemplamos clavado en la madera que aprisionó tu vida, y que te robó hasta el último aliento de tu existencia. Pero es la cruz salvadora, la que sirvió para regalarnos el más bonito don que jamás un ser humano pueda hacer a sus semejantes, el perdón eterno. Santísimo Cristo de la Salud, te oramos para que sigas demostrando tu eterno poder, siempre presente entre nosotros, y que transmitas al Padre que nunca olvide su vínculo con sus hijos que siempre le recordamos."

No hay comentarios: