miércoles, 20 de mayo de 2009

Tú,
la vida perdida
tras el espejo de cristal.

Tú,
los deseos esposados
a un corazón despojado.

Tú,
manos perdidas,
en la piel anhelada.

Tú,
ojos que hablan
el lenguaje del silencio.

Tú, siempre tú,
cuando el mundo se equivoca,
se desgrana la ilusión.

Tú, ¿por qué tú?,
si el mundo está lleno
de otros tus sin conocer.

Tú, eres tú,
la vida eres tú,
el mundo eres tú,
el canto eres tú,
del ruiseñor siempre tú,
los sones de misterio,
enjendrados en el fondo,
del océano de la vida,
que desahoga en el camino,
de la incertidumbre inanimada.

Tú...
Sólo tú.
Al fin tú.

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