jueves, 12 de febrero de 2009

CUANDO LLEGUE MAÑANA

Hoy tenía pensado hablar de otras cosas. Hay un tema escabroso con respecto a algo que he leído en los foros cofrades respecto a la Cofradía de Pasión, o el asunto de por qué se ha publicitado tan poquísimo la celebración del Pregón oficial.
Pero me es imposible, amigo José. Mi corazón siente la necesidad de hablar de ti y contigo. Mañana vamos a compartir unos momentos que, espero que sean absolutamente mágicos para tí. Para tí y para todos aquellos que vamos a acercarnos a escucharte. Se perfectamente que no has tenido todo el tiempo del que te hubiese gustado disponer, pero está claro que si aceptaste el reto es porque te viste capaz de hacerlo y porque estás seguro de que no vas a defraudar a nadie.Quisiera tener la posibilidad de poder insuflar un hálito de seguridad para que no tuvieses ninguna duda de que todo va a salir perfectamente. Pero eso es imposible. Una carga de nerviosismo se ha apoderado de tu persona y la tiene al límite en estos momentos. Pero esta noche tómate un par de tilas y descansa tranquilamente, para estar preparado mañana para tu mejor y más sincera entrega, para derrochar tu mejor verbo, y para llegarnos al corazón con un reguero de sensibilidad y de arrojo comprimido en poco más de un mes de trabajo. Estoy seguro que vamos a quedar satisfechos.
En cuanto a los que vamos a ir a escuchale, sí me gustaría decir que tuviésemos toda la calidez del mundo para con José, entendiendo que no ha podido tener todo el tiempo que necesita un evento de este tipo, por lo que tenemos que ser comprensivos con él, y concederle todo el mérito que dicho trabajo merece. Seamos capaces de entender que lo que ha escrito José está escrito con el corazón más puro, y con la mejor de las intenciones. No conozco la extensión del pregón, pero siempre he sido partidario de que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Así que, concluyendo, vamos a disfrutar mañana, día de San Valentín, del pregón hecho con más amor del mundo, que para eso es el día de Cupido.
Mucha suerte y adelante, D. José Antonio Santiago Martín.

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