martes, 19 de mayo de 2009

SÉVER LED ALLITROT AL

El otro día, pululando por internet, leí que el restaurante "El Bully", del afamado cocinero Ferrán Adriá, había sido elegido como el mejor restaurante del mundo según una asociación de críticos gastronómicos.
Promovida mi curiosidad por tan distinguida noticia, me adentré un poco en el mundo de este peculiar local. Pude comprobar como el cubierto tenía un precio de arranque de 175 euros por persona, que no está mal. Casi 30.000 de las antiguas pesetas por comer tres platos medio vacíos con sabores raros. Evidentemente no puedo ser objetivo con mi opinión, puesto que no he visitado "El Bully", pero sí es cierto que sí puedo formar mi composición de lo que pueda pensar al respecto. Todos hemos visto en televisión como sacan platos muy blanquitos, con cosas en el centro, y del cual igual sólo se aprovecha el 15 por ciento de la vajilla. Escasísimo alimento donde su secreto reside en la mezcla de los sabores, en las texturas increíbles y en el juego de colores y formas. Pero al fin y al cabo es lo que aquí denominaríamos "una tapa".
Tras un primero, un segundo y un postre de tal calibre, ¿realmente el que come en ese local, come de verdad? ¿Te vas satisfecho a nivel de estómago o a nivel de mente? Me explico. Otra de las indagaciones que hice fue intentar reservar mesa. Pues cual es mi sorpresa que no queda nada libre hasta el 2010. Y que hasta que no comience la temporada nueva, no puedo intentar reservar. Impresionante. Increíble.
Es decir, resumiendo, uno de los restaurantes más exclusivos del mundo y,a su vez, de los más caros (si no el que más), resulta que todo está ocupado sin posibilidad de reservar hasta el año que viene, y sin darte la seguridad de que puedas hacerlo si te entretienes demasiado. Un cubierto de 200 euros media, que siempre será mucho más, y para comer 3 bocaditos y medio.
Estoy de acuerdo en que había gente exclusiva, pero no sabía que en nuestro país hubiese tanta.
Un día, este cocinero podía proponer una jornada de puertas abiertas e invitar a la gente de a pie, a aquellos que nunca tendrían la oportunidad de poder "deleitarse" con tan exclusivísimos manjares.
Qué poco conocemos nuestro entorno...
(Por cierto, el título hay que leerlo frente a un espejo, en homenje a la tortilla del revés que hace este hombre).

1 comentario:

Luigi dijo...

Dos apostillas:
La seria, como decia mi abuela es un pecao mortal pagar ( y cobrar ) ese dineral por comer cuando. la gente se muere de hambre.
La jocosa. Donde este un plato de papas a lo pobre con pimientos y un huevo frito que le den a la tortilla desestructurada de los huevos, nunca mejor dicho.
Un abrazo hermano y a ver si sé de ti y tus examenes.