sábado, 20 de octubre de 2007

EL MILAGRO DE CAPUCHINOS


Queda poco para ver a la Señora del barrio de Capuchinos pasear con prestancia y elegancia por sus calles.


Queda poco para que las lágrimas de ojos puestos en el cielo, resbalen sinuosamente al verla pasar.


Queda muy poco para que los corazones henchidos de ilusión y vida muestren su lado más tierno y espiritual cuando su Madre les roce con su divina bendición.


Ya está cerca el día en el que nuestro barrio motrileño rebosa de fe y recibe con las almas de sus pobladores a Aquella que es el motor de vida para muchos.


Poco queda ya para que los vivas alfombren el asfalto y Ella pueda caminar entre vítores, alabanzas y plegarias.


Se acerca el día.


Es el gran día.


Es el momento íntimo de cada uno. Es el momento de sentir nuestro interior y ofrecerlo como ofrenda a Nuestra Madre.


Los redobles del nerviosismo ya están resonando en nuestro ser. Porque se acerca la hora en la que el cielo arropará a la dulzura hecha imagen, en la que las estrellas iluminarán el bendito y sagrado camino por el que su omnipresente figura pasará, en el que la luna de plata sonreirá al ver tan infinitamente bella estampa por Capuchinos.


Divina Pastora, sigue oyendo los susurros desbordantes de cariño y respeto de aquellos que te quieren, y que te llevan en lo más profundo de sí mismos. Nunca te olvides.

(Foto: José Santiago)

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