domingo, 2 de noviembre de 2008

JAQUE MATE AL PERDÓN (PARTE 3)

Desde el momento en que se sucedieron aquellos dos golpes certeros en el corazón de la Hermandad (los fallecimientos de Jordi y Pepe Díaz), comenzaron los cambios. Cambios imperceptibles al comienzo, pero que comenzaron a manifestarse con fuerza en el tiempo. Recuerdo que, por un lado, andaban Pepe Castillo, Juan Luque, Rafa, Luigi, yo mismo... Por otro lado, Manolo Esparrell caminaba casi sólo con otro punto de vista de la cofradía. En una tercera vía, Pepe Gómez, los mellizos y otros afines a la causa que también poseían su personal opinión sobre lo que ellos consideraban que era una cofradía.
Pero ahora quiero hacer un inciso en el relato, de establecer un paréntesis para realizar un especialísimo e importante incapié en uno de los más bellos acontecimientos que sí pudimos vivir algún tiempo atrás todos juntos, y disfrutarlo con máximo gozo. Y este acontecimiento fue la llegada de Ella, de María Santísima de la Misericordia.
Tan grande fue su influencia que, como no podía ser de otra manera hasta modificó el nombre de la Hermandad.
En esta decisión sí estuvimos todos de acuerdo. Fue uno de los grandes e impactantes momentos de nuestras vidas, y de la historia de la Semana Santa motrileña. Ese par de dulcísimos ojos que vinieron a posarse en esta humilde ciudad para deleitarnos con un inconfundible sabor sevillano, como su imaginero, pero con una indudable e indiscutible estilo propio y de exquisita personalidad, que la hacía y que la sigue haciendo completamente distinta a todo lo creado hasta ahora.
Recuerdo que, no hace mucho, quizá coincidiendo con el pregón que tuve el honor de dedicarle a Ella en el pasado febrero, me contaba Manolo Esparrell el cómo, en uno de sus viajes a Sevilla, a través de su hermano Carlos, realizó una visita al humilde taller de Juan González Ventura. Carlos le había hablado de una imagen que allí había visto y que lo tenía prendado. En cuanto Manolo vio la gracia de Dios en aquel rostro, supo de momento que aquella imagen era la escogida para acompañar al Jesús con las manos más estremecedoras, bellas, sutiles, imponentes, humildes y poderosas de toda la creación.
Así que Manolo regresó a Motril para contar la buena nueva. Y la noticia fue bien recibida por todos. Se pensó en la manera de costear el pago de la imagen y... adelante. Poco tiempo después llegó.
En cuanto fue despojada de todos los elementos protectores necesarios, y su rostro vio la luz motrileña, el cielo se abrió, y una bandada de mil querubines inundaron todo el horizonte recitando cánticos de alabanza, y convirtiendo Motril en el lugar más bonito del mundo hacia el cual se podía mirar en ese momento desde cualquier parte del planeta.
Creo que este fue el último gran e importante momento en el cual estuvimos todos, y todos los disfrutamos.
(Continuará)

3 comentarios:

Luigi dijo...

Niño parezco el de las rectificaciones jeje, será por viejo eso. Es acerca del conocimiento por parte de la Cofradia de la Imagen de la Virgen. "In illo tempore" tanto Jose Castillo como yo teniamos relación diaria con Paulino Baranco, que a la sazón era "mucho" en la Hermandad de Pasión, el cual nos facilitó una fotografia de la Imagen realizada en el taller de Juan Gonzalez "Ventura", cuya foto dimos a conocer en una sesión de la Junta de Gobierno que por aquel entonces se reunia en la casa de Dª Rosario Moyano, q.e.p.d., y fue entonces , cuando entusiasmados por aquella posibilidad de incorporar una advocación mariana, la Junta de Gobierno, mediante llamada telefonica in situ, encargó a Carlos Jimenez la gestión de "apalabrar" la adquisición de la Imagen al autor. Como siempre un abrazo fraterno amigo. Ah y gracias por escribir en el mio por fin jejeje

Jesús Ortiz dijo...

Gracias por las oportunas rectificaciones. Simplemente porque hacen que mi relato se enriquezca con tus apreciaciones. Al respecto de tus comentarios, yo he contado la historia que, a su vez, me relató Manolo Esparrell allá por marzo. De todos modos, como sábiamente dices, tienes más solera cofrade que yo, y eso hace que tus palabras tengan mucho más peso que las que yo pueda expresar. Por eso y porque eres mi AMIGO, y lo sabes. Gacias Luigi.

Un abrazo.

Luigi dijo...

De nada tron jejeje, y ...sigue