sábado, 3 de abril de 2010

PASIÓN, SIEMPRE PASIÓN




El pasado Jueves Santo, a las 10 de la noche, el Maestro volvió a pisar las calles de Motril. Qué verdadero ejemplo de entrega, de lucha por restituir una hermandad herida por la mala gestión de personas poco entregadas. Qué muestra de tesón y ahínco por parte de una junta gestora que llevan a su titular en el corazón y que lo han demostrado con su excepcional estación de penitencia.


Mi relación con esta también mi hermandad, es fluída y agradable. Tenía mucha confianza en los hombres y mujeres que se hicieron cargo de la misma hace unos meses. Y no me he equivocado. Independientemente del patrimonio material que pueda albergar una cofradía, es evidente que el patrimonio humano es pilar indispensable para que proyectos de este tipo puedan tener éxito. Y el patrimonio humano de esta Hermandad es de un valor incalculable. La gente que el Maestro tiene a su alrededor son especialmente sensibles, especialmente únicos y entregados a su causa, a su Maestro. Gracias, chicos y chicas por tomaos tan en serio algo que nunca debería haber sufrido las desagradables vicisitudes por las que han pasado. Pero, gracias Dios, ahí habéis estado vosotros, para devolver a Jesús de Pasión la dignidad que pretendieron robarle individuos con el corazón gélido.


El Señor de Pasión transcurrió de nuevo por nuestras calles,
el Maestro cruzó el umbral del portón del cerro,
al abrigo de la Cabeza Coronada siempre atenta,
al abrigo de sus fieles deseosos de contemplar,
al Hombre que caía con su cruz.

El Jueves se tiñó de lágrima,
la noche se volvió ténebre,
la tristeza de sentir el sufrimiento,
del Hijo de Dios vivo,
y la alegría de ganar la batalla
a la mala fe y la hipocresía.

El Maestro ha reinado de nuevo,
desde el Cerro hasta la playa,
desde el este hasta el oeste,
desde tu corazón hasta mi alma.

Jueves Santo en Motril,
Pasión derramando bendita sangre,
dando ejemplo a sus fieles
que la lucha es necesaria
para alcanzar la gloria de la vida.

Gracias a todos aquellos,
que lucharon incansables,
gracias a todos aquellos,
que creísteis en el Maestro.



Y que muchos más años os volvamos a disfrutar. Seguid batallando con ahínco y esforzándoos en que este sueño que se convirtió en realidad, siga siendo una bonita verdad día tras día.

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